La ambientación musical en un negocio influye positivamente en el estado de ánimo y, por tanto, en la amabilidad del personal, fomentando una actitud más proactiva y servicial e impactando así tanto en su productividad como en la experiencia general de los clientes. Pero, ¿cómo sucede esto?:
Empezamos por el principio. La música adecuada ayuda a crear un ambiente relajado y placentero. Esto es clave en negocios donde el personal puede estar expuesto a situaciones de estrés, como atender a clientes en horas de alta afluencia o cumplir con tareas repetitivas. Al reducir el estrés, la música facilita que el personal se sienta menos agobiado, lo que a su vez puede traducirse en una actitud más amable y paciente al interactuar con los clientes.
Además, la música con un ritmo adecuado puede actuar como un impulso energético sobre el estado de ánimo y provocar el llamado «eustrés», es decir, aquel estrés que provoca una tensión en este caso positiva hacia la tarea que se está realizando y que tiene que ver con el interés en ella (o su urgencia) pero se halla muy afectada por el ambiente, el cual facilitará que entremos en la zona de mejor rendimiento. Este tipo de estrés se produce, en definitiva, cuando podemos concentrarnos en la tarea sin que la presión nos desborde y la música puede jugar un papel clave.
Asimismo, una ambientación musical adecuada también puede mejorar la concentración, especialmente si el volumen y tipo de música ayudan a enmascarar ruidos molestos, como el murmullo de clientes o sonidos del entorno. La música que no es ni muy lenta ni muy rápida favorece el enfoque en la tarea y la comunicación positiva entre el equipo de trabajo, lo cual puede traducirse en interacciones más amables y fluidas con los clientes.
Impacto en la empatía y el “contagio emocional”
La música tiene un efecto conocido como “contagio emocional,” en el que las emociones generadas en un entorno afectan a todos en él. Si la música es alegre y relajante, tanto el personal como los clientes estarán más predispuestos a reflejar esos sentimientos en sus interacciones. Además, los clientes perciben el ambiente, lo cual los hace más propensos a responder de manera amigable, generando una “cadena de amabilidad” que beneficia tanto al personal como a los visitantes.
La ambientación musical influye en la percepción de la marca y en la relación que el personal tiene con ella. Sentirse parte de un ambiente agradable y bien diseñado musicalmente puede hacer que los empleados se sientan valorados y más satisfechos en sus roles, reforzando su amabilidad y disposición a ofrecer un buen servicio.
Ejemplos específicos de géneros que fomentan la amabilidad:
- Música suave y relajante: Ideal para tiendas de lujo, spas, o librerías, fomenta una interacción tranquila y respetuosa.
- Música pop o ritmos modernos a un volumen moderado: Suele funcionar bien en tiendas de moda o supermercados, promoviendo una sensación de cercanía y dinamismo.
- Instrumental o jazz suave: Crea un ambiente relajado sin distracciones, ideal para cafeterías o restaurantes, y ayuda al personal a mantenerse enfocado y cordial.
La música adecuada no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también tiene un impacto real en el bienestar del personal y en su actitud hacia los clientes y hacia el desempeño de las tareas que están realizando. Una selección musical bien pensada puede ser una herramienta eficaz para fomentar la amabilidad y el servicio de calidad en cualquier negocio.
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