El volumen de la música y efectos de audio es uno de los elementos más delicados de la experiencia de cliente. Una música con el volumen correcto impactará de una forma clara y en positivo en el comportamiento del consumidor, pero un volumen demasiado alto interferirá en los pensamientos del cliente o en las conversaciones con los dependientes, empeorando la calidad de la experiencia. Y, por otro lado, un volumen demasiado bajo, se acercará a un incómodo silencio que directamente provocará su huida.
La curva del volumen toma forma de U invertida de manera que una potencia adecuada se sitúa en la parte superior pero lo que esté por debajo y por encima dejará de influir en positivo en la mente del consumidor.
La unidad de potencia eléctrica se mide en Watios. Y el decibelio por su lado, es una décima parte de un Belio y expresa la presión acústica. Esta medida establece una relación logarítmica entre la diferencia de potencia de un determinado valor respecto a un valor de referencia.
Al umbral de audición humano (el nivel sonoro en el que se empieza a escuchar algún sonido) se le da un valor de 0 dB y, sirve como el valor de referencia (igual que indicamos la altura de una montaña respecto al nivel del mar, al que llamamos cero). El sonido se vuelve dañino a los 75 dB y doloroso alrededor de los 120 dB. Si llega a los 180 dB incluso puede llegar a causar la muerte.
A continuación te muestro la tabla de decibelios de diferentes fuentes de sonido presentes en nuestro día a día:
De 10 a 30 dB: nivel de ruido bajo (una conversación tranquila en una biblioteca).
De 30 dB a 50 dB: nivel de ruido todavía bajo (una conversación normal, cuando escuchamos las cañerías de una casa o la nevera).
De 55 a 75 dB: nivel de ruido considerable (un aspirador genera 65 dB, una calle con mucho tráfico llega a los 75 dB, el despertador o la televisión a un volumen elevado, alcanza los 75 dB, igual que una lavadora, el teléfono móvil o una batidora).
De 75 dB a 100 dB: nivel alto de ruido, sensación molesta (un atasco genera 90 dB de ruido).
De 100 dB a 120 dB: nivel muy alto (dentro de una discoteca estamos a unos 110 dB, las taladradoras generan 120 dB, el claxon de los vehículos o un concierto de rock).
A partir de 120 dB: el oído humano entra en el umbral del dolor y hay riesgo de padecer sordera (el ruido del despegue de un avión a menos de 25 metros, o el de un petardo que estalla cerca).
En Grupo Motiva, tenemos muy clara esta tabla y recomendamos a nuestros clientes el volumen más adecuado, teniendo siempre en cuenta algunos aspectos que pueden hacerlo variar. Y es que, no es lo mismo ambientar un restaurante de lujo que una tienda de ropa. Cada espacio requerirá unos contenidos concretos pero también unos parámetros de emisión igualmente concretos. Y lo mismo ocurre con los diferentes momentos del día. En Motiva incluso hemos creado un canal que emite silencio absoluto y que elimina cualquier sonido del ambiente, permitiendo realizar de forma adecuada ciertas tareas que requieren tranquilidad como por ejemplo la caja al final de la jornada.
A nivel técnico, en Motiva, ofrecemos un servicio que incluye un control del volumen en todos los puntos de emisión gracias a nuestro control de potencia de la plataforma a través de la cual monitorizamos el servicio. Con él, el volumen nunca superará el umbral establecido y emitirá la misma potencia en todas las tiendas o negocios donde tengas nuestro servicio. Es la garantía de que no tendrás ningún susto al visitar tu tienda debido por ejemplo a que un trabajador ha tocado lo que no debía o a que el reproductor que utilizas emite sin estandarizar este parámetro.
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