Fenómeno fan en España

Los fans. Son el sustento de los artistas y grupos. Los que dan sentido y continuidad a su obra. El fenómeno fan en España hoy, en plena era digital, pareciera que el está de capa caída. Pero existen y son los que mantienen el negocio de la industria discográfica. Porque aunque las ventas de discos físicos se ha visto drásticamente mermada en favor de las ventas de música digital o la ya común estrategia del streaming con anuncios, aún queda un grupo de gente bastante amplia (que no mayoritaria), que le gusta poseer ese objeto físico llamado disco, admirar las portadas, leer las letras de las canciones o estar al tanto del equipo humano que ha hace realidad que ese trabajo está en las tiendas. Un grupo de gente que ha hecho posible la vuelta del vinilo desde la tumba ¡y hasta parece que del cassette!

fotolia_133520161Pero seamos claros: hoy día el artista que se dedica a la música, tanto de forma solista como en forma de grupo, no vive de las grandes cantidades de discos vendidas… algo al alcance sólo de unos pocos en lo más alto de la industria musical. Los artistas realmente se ganan la vida con sus presentaciones en directo. Con sus conciertos. Muchas veces teniendo que vivir en la carretera, de ciudad en ciudad, país en país, para generar ingresos y poder grabar un nuevo disco. Y es aquí donde el fan, la persona que sigue al grupo donde sea y que compra sus discos, se convierte en el verdadero protagonista de la pirámide industrial de la música. Sin él, no hay disco, no hay gira… no hay artista.

Los músicos son conscientes de ello. Son su sustento y hay que cuidar a los fans. Desde el comienzo de la música rock y pop, las agrupaciones más famosas y que más tirón tenían entre la gente joven, creaban e incluso gestionaban sus club de fans, ofreciendo asientos privilegiados en sus conciertos, encuentros y firmas de discos y un sinfín de detalles que hacían de la relación músico-fan, algo más cercano. The Beatles, The Rolling Stones, The Beach Boys… todos cuidaron en mayor o menor medida a sus seguidores. A su fanáticos.

Hoy día este fenómeno sigue sucediendo. Aunque la estrategia puede llegar a costar grandes sumas de dinero a los fans. Para el próximo concierto de Lady Gaga en Barcelona, hay a la venta entradas especiales de más de 1000 euros, con las que te aseguras foto con la artista y hasta una copa de bienvenida en una zona especial para fans.

Hubo un tiempo en España, en que el fenómeno fan no tuvo nada que envidiar a los movimientos y clubs de otros países. Mientras que en Inglaterra se volvían locos con The Betales o en USA con Elvis Presley, aquí quien movía grandes masas de señoritas dispuestas a todo con tal de ver a su ídolo, era Raphael. Se autodenominaban “Raphaelistas”. Las primeras enloquecidas chicas pop, que vestidas de rojo y negro y cantando himnos propios, hacían acto de presencia en los conciertos de Raphael, derribaban vallas, empujaban barreras policiales y gritaban enloquecidas para acercarse a su ídolo. Su fundadora, consiguió reunir a más de seis mil militantes Raphaelistas, que muchas veces eran temidas por la contundencia de sus acciones en las presentaciones en vivo de Raphael. Publicaban fanzines, boletines internos, emitían carnets de socio y hasta la prensa de la época, la España de principios de los 70, se hacía eco de su existencia. El propio Raphael las oficializó como fenómeno grabando un single junto a varias Raphaelistas, cantando el himno oficial del club de fans.

Un ejemplo de la importancia del seguidor para un artista o grupo musical. En ejemplo sano… porque la historia nos ofrece también a veces, noticias de fans obsesionados con sus ídolos que no acaban nada bien… pero esa es otra historia.

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