One World, Together at Home: la música 5.0

La denominada industria 4.0 o “Cuarta revolución Industrial” se caracteriza por lograr la máxima eficiencia mediante la digitalización de los procesos productivos industriales. El elemento central de esta transformación es la inteligencia artificial y se halla estrechamente relacionada con el Big data y el uso de algoritmos para su procesamiento y la interconexión de sistemas y dispositivos (Internet of things).

Recientemente, ha surgido un nuevo concepto que va más allá de la búsqueda de la eficiencia de procesos y mejora de los niveles de vida a través de productos y servicios de alto valor añadido. Es la Revolución 5.0 y se basa en considerar a la sociedad y al individuo en el centro más que a la industria con el objetivo de crear así sociedades más igualitarias e inteligentes.

El pasado sábado tuvo lugar la gala benéfica “One World: Together at Home”, festival musical benéfico organizado por la OMS y de cuyo Line-up se encargó nada menos que Lady Gaga que reunió a artistas de la talla de Rolling Stones, Stevie Wonder, Elton John, Billie Eilish, Paul McCartney, Chris Martin, Eddie Vedder, The Killers, la misma Lady Gaga, Annie Lennox, Sheryl Crow, Maluma, Michael Bublé o Jennifer López, entre muchos otros.

Más allá del motivo de la celebración y de si la recaudación fue un éxito, la propuesta era interesante y daba qué pensar: durante las primeras horas cada uno de esos artistas -y otros famosos como actores, deportistas y empresarios-, aparecían en su hábitat más íntimo y uno tras otro tocaban una canción -grabada en diferido, claro- y tras ella te contaban algo que sintieran sobre la crisis. Y posteriormente, tuvo lugar la gala en directo presentada por los enormes Jimmy Kimmel y Jimmy Fallon en la que participaron los artistas más importantes.

Solo por meterte en sus casas y cotillear los elementos que aparecieran en el plano ya valía la pena la experiencia. El instrumento que predominó fue -cómo no cuando la causa es un pandemia mundial- el piano pero también hubo actuaciones no tan nostálgicas y más motivadoras para mirar hacia adelante como por ejemplo la de Sofi Tukker y su “Drinkee” o The Killers con su “Mr Brightside”

Pero son varios aspectos que convirtieron en este Festival en algo realmente excepcional. Por un lado, su coste fue 0, conllevó 0 emisiones, permitió llegar a todo ciudadano del planeta -con acceso a internet, claro está- y democratizó la música a un nivel nunca antes visto. Solo se ha celebrado un festival benéfico parecido en la historia y es el Live Aids en 1985 pero ese tuvo lugar en un estadio de Wembley y el JFK Stadium de Filadelfia.

-Dejando a un lado el motivo de la celebración-, este Festival ha puesto a la sociedad en su conjunto en el centro pero de una forma totalmente respetuosa con el medio ambiente. Gracias a la tecnología (internet) y a la calidad de la trasnmisión de los datos (5G) sin a cual hubiera sido imposible lograr que los grupos pudieran coordinarse en paralelo tocando cada miembro desde su casa, se ha logrado un formato de concierto que quizá se imponga en un futuro no muy lejano por su bajo coste, por su respeto al planeta y porque la tecnología permite que la experiencia sea cada vez más cercana a un concierto real. Ahora los vemos en pantallas planas, en 2 dimensiones, pero quizá otro elemento de la Revolución Industrial 4.0 como es la realidad virtual nos acerque todavía más la realidad al mundo digital. Eso ya se verá. Pero la música siempre será.

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